En la Sierra de São Mamede encontramos un Alentejo inesperado, alto en vez de plano, frondoso en vez de seco, donde podrá descubrir restos de la presencia humana de diversas épocas históricas.

Como la Sierra funciona como una barrera para la condensación, se crea run microclima especial con niveles de precipitación y humedad superiores a las zonas adyacentes, lo que da origen a una rica y diversificada cobertura vegetal ideal para el asentamiento humano.

La ruta transcurre por la parte norte del parque, entre los términos de Portagem, Escusa, Marvao, Ponte Velhay Sao Salvador da Aramenha.

Así podemos encontrar en nuestro recorrido como el hombre ha sabido aprovechar las afloraciones calizas de la sierra, para la explotación de cal desde la época romana manteniéndose las técnicas hasta mediados del siglo XX. Llegó a haber hasta veinte hornos que transformaban la roca para abastecer el norte alentejano y parte de Extremadura.

La actividad de fabricación de cal fue muy relevante en la economía local. Hay testimonio de 19 hornos de cal, y 9 de ellos se agrupan a un Kilómetro de la población de Excusa, en la freguesia de São Salvador da Aramenha.

Declarados Monumento Nacional debido al interés histórico y patrimonial.

«Os fornos e as caleiras da Escusa, considerados “importante memória da actividade de fabrico da cal” no concelho de Marvão, foram classificados como monumento nacional, numa decisão do Governo aprovada em Conselho de Ministros de 18 de Outubro»

Pero hay otros atractivos durante el recorrido como el paisaje montañoso de cuarcitas, la vegetación exuberante con mucho bosque de hoja caduca (castaños y robles, sobre todo), las afloraciones calizas de la sierra, la población de Marvao y sus alrededores, el río Sever y el entorno de Portagem. También destaca la extraordinaria riqueza megalítica (dólmenes, menhires, croneleques,…), las viviendas esparcidas por todo el parque (pequeñas aldeas, aglomeraciones de casas e incluso unitarias) donde la gente reside realizando la actividad tradicional agrícola y ganadera, las  formaciones graníticas y la abundancia de agua, manifestándose con un paisaje siempre verde y la abundancia e arroyos y cascadas.

Al final de la ruta comeremos en Portagem libremente y a continuación, tras el descanso para comer, podremos desplazarnos en autobús a Ammaia, para visitar los retos de la antigua ciudad romana y su Museo.

Ammaia se fundó posiblemente a finales del siglo I a.C. en la época de Augusto, convirtiéndose en «Civitas» ciudad romana durante el reinado del emperador Claudio. A lo largo de los primeros 4 siglos de nuestra era se convirtió en una de las ciudades más importantes de la zona, por sus excelentes comunicaciones con Norba Caesarina (Cáceres), Olissipo (Lisboa) y Emerita Augusta(Mérida) de la que dependía políticamente, comerciando con minerales (entre ellos cuarzo, oro y piedras semipreciosas), elaboraban piezas de vidrio de gran calidad que actualmente podemos ver en el museo de la ciudad de Ammaia y además se dedicaban a la crianza de caballos para el ejército.

La ciudad poco a poco entró en decadencia a partir del siglo V hasta que en el siglo IX llegó el líder mulaidí Ibn Marwan, fundando Marvao y definitivamente quedando en el olvido esta gran ciudad durante siglos.

El Museo, situado en la Quinta do Deão, tiene una importante colección de inscripciones que se pueden dividir en diversas tipologías, las dedicadas a deidades tanto indígenas como romanas; inscripciones funerarias se colocaron en la necrópolis, en memoria de los muertos, e inscripciones honoríficas que se encargaron y se colocaron en honor de alguien.