Marchamos al Jerte para realizar una ruta con el frescor que aportan la Garganta de las Nogaledas, ofreciendo una alternativa de baño en la misma.

Cruzamos un pequeño puente de madera para subir pegados a la garganta por su margen derecha. Tras subir brevemente por una pista encementada cogemos la senda de tierra por la que treparemos a lo largo de la garganta. Casi de inmediato encontramos las dos primeras cascadas.

Desde la calle de las Nogaledas, seguimos el curso del río hasta llegar a la garganta. El ascenso comienza por una pista de cemento, pero enseguida tomamos una senda a la izquierda que nos acerca al cauce. Aunque el sendero se vuelve más empinado y estrecho, hay barandillas y escalones de piedra y madera que facilitan el paso, incluso para quienes no están muy acostumbrados a caminar por la montaña.

Lo mejor es que hay muchos rincones donde el agua forma pequeños remansos y saltos, perfectos para hacer una pausa y disfrutar del entorno.

La Garganta de las Nogaledas es una de las más conocidas del Valle del Jerte, y sin duda la más espectacular de Navaconcejo. Lo ideal es visitarla en invierno o primavera, cuando el caudal de agua es mayor y las cascadas están en todo su esplendor. El contraste del agua con la vegetación hace que cada tramo sea digno de una postal.

• Cinco situadas en la parta baja de las Nogaledas,

• Las dos últimas situadas en la zona alta, tras cruzar una carretera que divide la ruta en dos tramos.

Cada una de las cascadas de la Garganta de las Nogaledas es impresionante. La subida es un poco moderada en algunos tramos, pero muy fácil de seguir. Cada tramo de escaleras nos llevará a la siguiente cascada.

Poco a poco saldremos de la enorme y densa vegetación que pueblan las cascadas bajas de la Garganta de las Nogaledas para disfrutar de las espectaculares vistas del Valle del Jerte. A los laterales puedes ver las terrazas de cultivos de cerezos, y que, durante la última quincena de marzo y la primera de abril, está en flor.

Al final del primer tramo saldremos a una carretera y veremos a nuestra izquierda un panel informativo para continuar la ruta. No es una carretera muy concurrida, sólo son apenas 30 metros para volver a enlazar las dos últimas cascadas de la Garganta de las Nogaledas.

Prácticamente no te queda nada de subida. En lo alto habrás llegado a una pasarela metálica con la cascada más grande y alta de todas. Algunas de las que has visto miden casi 30 metros.

Nada más cruzar te queda un zigzag y verás un pequeño camino para asomarte a la última cascada (aquí no entréis con niños, es una zona de rocas con menor seguridad).

Al terminar la subida, llegamos a una carretera asfaltada. Caminamos unos 300 metros a la izquierda y tomamos una pista que desciende suavemente, primero entre castaños y luego rodeados de cerezos. El camino serpentea de vuelta a Navaconcejo, cerrando así un recorrido que combina naturaleza, agua y tranquilidad.

En menos unos 30 minutos habrás llegado al aparcamiento, habiendo visto la fuerza de las cascadas de la Garganta de las Nogaledas y los cerezos en flor. ¡No se puede pedir más! De hecho, es fuera de todas dudas un plan que resume a la perfección el Valle del Jerte.

Alternativa:

 Quien lo desee puede pasar la jornada bañándose en algunos de los charcos de las cascadas de las Nogaledas o combinar el baño con una parte de la ruta.

Fotografías: Eusebio Puerto