Acudimos de nuevo al municipio de Nisa, que el año pasado conocimos con el Trilho de Barca d´Amieira. Este año volvemos para realizar otra ruta que nos recomendaron en la Oficina de Turismo de la localidad: el Trilho da Mina do Ouro do COnhal (PR), que nosotros hemos comppletado con una extensión o ramal que forma parte de la ruta PR4 y nos acerca a las Puertas de Rodao, con objeto de ampliar la distancia kilométrica de la ruta hasta 12.5 km, de forma opcional.

Comienza la ruta en el pueblo de Ameiro, perteneciente a Nisa, junto al Centro de Interpretación de Conhal, que podemos visitar, y que está ubicado en la antigua Escuela Primaria, a pie de la iglesia. En este Centro, que mantiene el diseño original de la escuela, podremos ententer el recorrido por Conhal y conocer algunos detalles sobre la etnografía y vocación del pueblo de Ameiro. En la planta superior hay un espacio especialmente diseñado para los niños, pero la sala más bonita está dedicada al tío Tajo y a la actividad pesquera tradicional del pueblo, donde se exhibe una piqueta (embarcación típica).

Continuamos la ruta en bajada algo empinada, pero con ayuda de escalones de madera y un pasamano, hasta llegar al río Tajo, junto a la desembocadura de Ribeira do Vale, en donde se formó una isla a la que llaman de Cabecinho, a la que accederemos a través de dos pasarelas colgantes. Desde la isla podremos contemplar las aves que abundan en la zona, los cormoranes y las cigüeñas.

Salimos de nuevo por el puente colgante que nos dió acceso a la isla y continuamos la ruta bordeando el Tajo, primero entre olivos y luego con una vegetación más densa. Pasamos por unas ruinas denominadas «Refugio del Pescador» y nos adentramos en una zona, Pego das Portas, donde nos encontraremos un fondeador para embarcaciones. En este punto de la ruta podemos ver bitres leonados junto a las Portas de Rodao, la mayor colonia de estas aves que existe en Portugal.

Antes de retomar el camino de vuelta hacia el pueblo de Ameiro, nos desviaremos (opcionalmente) para tomar un tramo de la ruta PR-NIS-4 que nos conducirá al Mirador de las Puertas de Rodao, que tiene unas vistas privilegiadas sobre el puente del río Tajo y Vila Velha Rodao, por un lado, y sobre Conhal, Pego das Portas y Fonte de las Virtudes por otro.

Volvemos hacia Conhal, por una ladera rica en enebros y madroños. Nos dirigimos hacia Castelejo y entramos en una zona que da nombre a la ruta: Conhal da Ameiro.

Durante la ocupación de la península por los romanos, se desarrollo en este lugar una explotación aurífera de aluvión que se prolongó hasta la Edad Media, tras la cual se llevo con mucho menos regularidad hasta el siglo pasado. La técnica aprovechaba para la extracción del oro la fuerza motriz del agua que llegaba de las montañas a través de canales excavados. Las piedras de mayor tamaño fueron removidas manualmente y transportadas a sitios más alejados de la zona de explotación para no interferir con el trabajo.

Castelejo es una pequeña elevación de Conhal desde donde podemos tener una idea de la magnitud del proyecto que se llevo a cabo en esta zona.

Reanudamos la marcha por el tramo final que nos lleva por un camino bordeado por olivos que parecen soldados custodiando el oro desaparecido hace tiempo.

Tras la ruta nos desplazaremos a Nisa, donde podremos almorzar libremente.

Fotografías: Alexandra Baptista y Joao Carapinha (Puertas de Rodao vistas desde aguas abajo, enebro, conhal do Ameiro), cm-nisa.pt (Centro de Interpretación), Jessica Prates (vistas desde el mirador de Serrinha).