Sólo por contemplar el Chorro de las Batuecas merece la pena realizar esta preciosa ruta, pero la misma alberga muchos alicientes, no en vano es una de las excursiones más emblemáticas de la provincia de Salamanca, en el Valle de las Batuecas y dentro del Parque Natural de la Sierra de Francia, que nos permite adentrarnos en un entorno virginal en el que se aúna la abundante vegetación, el agua, espectaculares canchales y pinturas rupestres.

Iniciaremos la ruta en el aparcamiento del Monasterio de las Batuecas, ubicado en el término municipal de La Alberca. Desde allí tomaremos una pasarela construida junto al río Batuecas caminando de forma agradable y se

2006.

Entre éste y el río tomamos un sendero rodeado de abundante vegetación, bien señalizado hasta el Canchal de las Cabras Pintadas.

A la derecha del sendero se asciende a este canchal que era un lugar en el que los hombre del Neolítico quedaron pintadas en las piedras con escenas de caza, cabras en manada y arqueros. Nosotros lo veremos a la vuelta para disfrutar de mayor tranquilidad de la cascada del Chorro.

Continuamos el sendero en paralelo al río Batuecas hasta tomar un desvío a la derecha en dirección dirección a la Cueva del Zarzalón sin alejarnos del río, que siempre tenemos como referencia hasta cruzar por el Arroyo de la Palla. A partir de ese momento tomamos un sendero en intenso contemplando una serie de cresterías naturales, enormes rocas esculpidas por el paso de tiempo y que forjan el genuino paisaje del valle.

Realizamos un último esfuerzo para alcanzar la cascada del Chorro, con vistas espectaculares del valle. El sonido del agua cayendo nos indica la proximidad de la cascada, lugar con vegetación exuberante, hasta que finalmente aparecen su doce metros de caída de agua en una laguna cristalina. Es aconsejable ascender por un pequeño sendero que sale a la derecha hasta lo alto de la cascada para contemplar hermosas panorámicas del valle y las cristalinas aguas del regato del Chorro, descansando en un entorno maravilloso.

Regresamos por el mismo sendero y a la vuelta nos desviaremos primero para ver las pinturas rupestres del Canchal de las Cabras y finalmente, de forma opcional, para subir al magnifico mirador de San José, que nos ofrece una privilegiada vista del monasterio y de gran parte del valle.

Fotografías: Encarna García Tena y Antonio Barroso